Juegos Paralímpicos: Un año después de París, “conseguir financiación se ha vuelto una lucha”

Fue una época dorada para los atletas paralímpicos franceses. Bancos, grupos hoteleros, cadenas de supermercados, ópticas, neumáticos, aseguradoras… Antes del verano de 2024, las empresas luchaban por asociar su marca con los atletas participantes en los Juegos de París . Todos querían poder decir que habían participado en la gran celebración parisina. Estar junto a atletas con discapacidades contribuía a cultivar una imagen abierta e inclusiva. Los atletas lo aprovecharon, firmando contratos a raudales, lo que les garantizó una preparación fluida hasta los Juegos Paralímpicos. Y luego, llegó el momento. El gran vacío. La resaca.
"No pasamos de todo a nada, pero tampoco nos quedamos lejos", suspira Héloïse Courvoisier. En el momento de los Juegos, la paratriatleta que terminó séptima en París (en la categoría de personas con discapacidad visual) contaba con una decena de "compañeros", que le garantizaban unos 55.000 euros al año para cubrir su equipamiento, sus entrenadores y sus viajes.
Libération